Los secretarios de Organización de Huelva y Cádiz creen que lo utilizan solo como cortina de humo y exigen que aclaren a la ciudadanía sus intenciones
Los secretarios de Organización del PSOE de Huelva y Cádiz, Pepe Fernández y Araceli Maese, respectivamente, han lamentado hoy “la ceremonia de la confusión” que el Gobierno andaluz tiene en torno al proyecto de autovía entre Huelva y Cádiz por las contradicciones manifestadas en estos días entre el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, y la consejera de Agricultura, Carmen Crespo.
Así, ambos dirigentes reclaman a PP y Ciudadanos “claridad para que la ciudadanía pueda saber con certeza y sin ambages, cuáles son las intenciones del Ejecutivo andaluz”. Las diferencias de criterios entre los distintos dirigentes políticos del PP y Ciudadanos responden, a juicio de los dos responsables de Organización, a un soterrado intento por desviar la atención de los graves problemas que han sacudido al Gobierno andaluz. “Parece una ocurrencia desde el momento en que una parte del tripartito andaluz reconoce que no existe proyecto”, apuntan al tiempo que recalcan que “es la tónica de un Gobierno inestable, instalado en la improvisación y que funciona como una hydra con varias cabezas”.
“Es un espectáculo lamentable que cada uno vaya diciendo una cosa diferente, dónde está la seriedad y la credibilidad del Gobierno, máxime en un tema de tanto calado como son las infraestructuras”, agregan. “A quién tendrían que creer los andaluces”, se preguntan, afeando la actitud de un Gobierno al que rodea “la falacia y la falta de transparencia”.
Ambos coinciden en subrayar que “el Partido Popular no tiene credibilidad cuando habla de infraestructuras pues han acostumbrado a la sociedad a mentir reiteradamente con proyectos que después quedan en el letargo y lo cierto es que llevan toda la vida hablando de la Huelva-Cádiz, que no es más que un proyecto fantasma”.
Los dirigentes socialistas de Huelva y Cádiz reclaman a PP y Ciudadanos “que digan qué quieren exactamente, si es que logran ponerse de acuerdo porque hasta hoy, solo vemos humo, intenciones que no se sostienen en ningún presupuesto”.
En última instancia, ambos advierten de que “Doñana no se toca” asegurando que “bordear Doñana, como ellos pretenden, es un atentado ecológico de primera magnitud que tampoco permitiremos”.